informe en la puerta B05 | report at the gate B05
en la obsesión encuentro la paz. el no querer estar en otro lugar, ni haciendo otra cosa. | in obsession, i find peace. the feeling of not wanting to be anywhere else or doing anything else.
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Puerta B05
En la obsesión encuentro la paz. El no querer estar en otro lugar, ni haciendo otra cosa.
Cuando esto sucede haciendo cosas productivas lo llaman estado de flow. Pero no estamos hablando de esto. Yo vengo a referirme a la obsesión que te saca de tu realidad, a la mala, a la que roza la adicción pero te hace muy feliz a muy corto plazo. A la obsesión que es una distracción en sí.
Esto lo pensaba por una serie (véase más abajo) que empecé a ver hace unos días, y que después de ver tres capítulos seguidos y tener el cerebro blanqueado, mi novio me dijo «hacía tiempo que no te veía tan relajada». Sonreí. Tenía razón. Y le di al play otra vez. Al día siguiente me desperté antes que él para poder ver un capítulo antes de irnos juntos a entrenar.
Y es que, cuando tus pensamientos te atrapan y nada consigue retener tu atención, encontrar una píldora de paz, una cueva donde esconderte de la realidad, una medicina que te blanquee el cerebro, es como tocar el cielo.
Y dicho esto, aquí os dejo mi R.E.P.O.R.T. (“I.N.F.O.R.M.E.” no queda bien): unas pocas de mis obsesiones actuales, las cuales no son todas tan malas.
READING: Saga Blackwater.
¿Hay algo que añadir, a parte del tamaño perfecto que tienen esta serie de libros que son como una telenovela de bolsillo basada en la Alabama de los años 20, que se devoran en dos días, y que además son preciosos? Gracias
por la secta en la que has convertido tu club de lectura y que ya no recuerdo como llegué a ti —creo que fue en Substack— pero se lo agradezco al universo.EATING: Pizza napolitana.
Una pizza de esas cuyos bordes son como nubes de algodón. Esponjosa, para nada crujiente. Con queso que sepa a queso y tomate que sepa a tomate. En concreto tengo en mi cabeza la pizza de Old Scuola en Rotterdam o la de Bar Sil en Delft, pero si puedes comértela en Nápoles pues digo yo que mejor que mejor.
PLAYING: Ginny & Georgia y Tiny House Nation, en Netflix.
Ginny & Georgia es la serie a la que me refería anteriormente, y no sé si puedo estar orgullosa de ello. Drama máximamente americano que a veces me llega a dar un poco de vergüenza ajena —cringe para los modernos—, pero nunca aburrido e incluso absorbente.
Con Tiny House Nation (Minicasas de ensueño en español) yo solo quería ver casas pequeñas, apañadas y bonitas para compararlas con mi pequeña, bonita y apañada casa y encontrar inspiración para resolver ciertos problemas. Me he dado de bruces con un programa en el que meten con calzador drama (evidentemente, americano) que también me da mucho cringe (véase párrafo anterior). Sumado a esto, me dan ganas de llorar por el planeta al ver la cantidad de trastos que la gente tiene en sus casas. Pero ahí me quedo, hasta el final, para ver como solucionan el problema de añadir un espacio extra para los libros y el de extender la mesa para poder hacer cenas con amigos en una casa construida sobre ruedas de tamaño comparable a la mía.
OBSESSING OVER: Haber encontrado trabajo.
A esto quizás le dedique una newsletter propia en el futuro, o quizás lo deje correr. Pero es que es la verdad más grande. Desde que esto ha sucedido mis niveles de productividad y motivación han subido imparablemente. La media de mi estado de ánimo está en valores positivos. Y quiero disfrutar de esto hasta que empiece a trabajar dentro de un mes y esa vuelva a ser mi realidad, porque todos sabemos que las dos peores sensaciones en el mundo son no tener trabajo y tener trabajo. Así que aquí me quedo, en este ratito de la vida en el que he encontrado trabajo pero aún no trabajo.
RECOMMENDING: Desinstalarse Instagram del móvil.
Nada más que añadir. No puedo permitirme borrarlo porque aquí una servidora tiene proyectos personales, pero ahora solo lo tengo en el iPad y yo tengo mucho más tiempo.
TREATING: Coconut Iced Matcha Latte.
Lo descubrí en una cafetería porque era la bebida recomendada de la semana. Fui varios días seguidos a gastarme casi 6€ por algo que podía hacerme en casa. Compré leche de coco en el supermercado, té matcha ya tenía y no me lo bebía. Así es como se pasa de tener una obsesión cara a una obsesión barata. De nada.
¿Alguna obsesión que valga la pena que debería añadir a mi “I.N.F.O.R.M.E.”?
Gate B05
In obsession, I find peace. The feeling of not wanting to be anywhere else or doing anything else.
When this happens while doing productive things, it's called a flow state. But that’s not what I’m talking about here. I’m referring to the kind of obsession that pulls you out of your reality in a negative way, the kind that grazes addiction but makes you incredibly happy in the short term. The kind of obsession that is a distraction in itself.
I was thinking about this because of a series (see below) that I started watching a few days ago. After binge-watching three episodes in a row and having my brain completely numbed, my boyfriend said to me, “I haven’t seen you this relaxed in a long time.” I smiled. He was right. And I hit play again. The next day, I woke up before him just to watch an episode before going together to the gym.
When you are trapped in your head and nothing can hold you attention, finding a pill of peace, a cave to hide from reality, a medicine to numb your brain, feels like touching the sky.
And with that said, here’s my R.E.P.O.R.T.: a few of my current obsessions, which aren’t all that bad.
READING: Blackwater Saga
Is there anything else to say, apart from the perfect size of these books that are like a pocket-sized soap opera set in 1920s Alabama, that you can devour in two days, and that are also beautiful? Thank you
for the cult you’ve turned your book club into. I don’t even remember how I found you—I think it was on Substack—but I’m grateful to the universe for it.EATING: Neapolitan pizza.
A pizza with edges that are like cotton clouds. Soft, not crispy at all. With cheese that actually tastes like cheese and tomato that tastes like tomato. In particular, I’m thinking of the pizza from Old Scuola in Rotterdam or Bar Sil in Delft, but if you can have it in Naples, well, I’d say that’s even better.
PLAYING: Ginny & Georgia and Tiny House Nation, on Netflix.
Ginny & Georgia is the series I was talking about earlier, and I’m not sure if I should be proud of it. It’s an overly dramatic series that sometimes makes me cringe, but it’s never boring and even absorbing.
With Tiny House Nation, I just wanted to see small, fitting, cute homes to compare with my own small, fitting, cute home and get inspiration to solve certain issues. I ran into a show where they force in drama (obviously, Americans) that also makes me cringe. On top of that, it makes me want to cry for the planet when I see how much useless stuff people have in their homes. But I stay there, watching it until the end, to see how they solve the problem of adding extra space for books and extending the table so they can host dinners with friends in a house built on wheels that’s about the same size as mine.
OBSESSING OVER: Having found a job.
I might dedicate a whole newsletter to this in the future, or not, maybe I’ll let it go. But it’s the absolute truth. Since this happened, my productivity and motivation levels have skyrocketed. My mood, in average, has a positive value. And I want to enjoy this until I’ll start working in a month and that will become my reality again. Because we all know the two worst feelings in the world are not having a job and having a job. So here I am, enjoying this little moment in life where I’ve found a job but haven’t started working yet.
RECOMMENDING: Uninstalling Instagram from your phone.
Nothing else to add. I can’t delete it completely because I’ve got personal projects going on, but now I only have it on my iPad, and I have extra time.
TREATING: Coconut Iced Matcha Latte.
I discovered it at a café because it was the drink of the week. I went several days in a row, spending almost €6 on something I could make at home. I bought coconut milk at the supermarket; I already had matcha tea that I wasn’t drinking. And that’s how you go from having an expensive obsession to a cheap one. You’re welcome.
Any worthwhile obsessions I should add to my “R.E.P.O.R.T.”?
El matcha con bebida de avena. Supongo que existen las adicciones buenas....
yo también agradecida siempre por ese rinconcito de internet que hemos construido