metroflog en la puerta G05 | choreography at the gate D09
diosito de internet, escucha nuestras plegarias, danos una oportunidad más. | i am writing this in the notes app on my phone at 6:14 am while you get ready and i’m still in bed.
ATENCIÓN: Este post contiene dos puertas diferentes. | ATTENTION: This post contains two different gates.
PUERTAS G05: ANÉCDOTAS/NIMIEDADES | GATES D09: FICTION/LITERARY
(English text below - click here to proceed to Gate D09)
Puerta G05
Por alguna razón desconocida me he obsesionado con el Metroflog. Sé que ya no existe, que no es posible recuperarlo, ni siquiera encontrarlo. No recuerdo ni siquiera el nombre de mi Metroflog, pero ahora mismo pagaría una cantidad considerable de dinero por poder volver a leer lo que mi yo de 12/13 años escribía. Creo recordar que también tuve Fotolog pero no me pegó tan fuerte.
Antes de que cerrase el Tuenti recuerdo entrar para leer todos los estados que publiqué. Algunos eran míos, pero otros tantos eran frases de canciones o de películas que ni siquiera había visto. Recuerdo pasarme horas en páginas web del estilo de moviequotes.com leyendo y leyendo frases de películas e irme apuntando todas las que me gustaban en algún documento word. Todo esto sucedía cuando el tiempo delante de la pantalla estaba medido y limitado a una persona por pantalla, y además la pantalla se compartía entre todos los residentes de la casa.
Puede que al recordar estos tiempos exagere la medida del tiempo. Quizás lo que recuerdo como horas y horas fuese solo un rato antes de cenar. Pero recuerdo ese sentimiento de estar enganchada, en una especie de estado de flow, para encontrar la frase que más me gustaba. La siguiente siempre podía ser mejor.
Tenía una libreta de cuando mi tía era pequeña con frases y poesías del tipo “las rosas son rojas…”. Recuerdo copiar muchas de ellas a una libreta propia para empezar mi propia colección. No sé por qué esta obsesión por las frases ajenas y no las propias. Supongo que (como a día de hoy) creía que no podía escribir nada mejor de lo que ya estaba escrito.
Con dieciséis años me fui de intercambio a Italia tres meses y empecé un blog para contarles a mi familia y amigos cómo me iba. A la italiana. Recordemos que aún no sabíamos qué era Instagram y el WhatsApp me lo acababa de descargar hacía nada en mi Blackberry para poder hablar gente más allá de los que teníamos Blackberry Messenger. El Metroflog no he podido recuperarlo, pero este blog si que existe: totselsdestinsenspertanyen.blogspot.com (aunque me costó encontrarlo porque no recordaba el nombre). El intercambio fue de enero a abril y la última entrada es del 22 de febrero porque la constancia nunca fue lo mío.
Tengo el vago recuerdo de que saqué el nombre de la URL de un haiku que encontré en una de esas páginas de frases, pero no he podido encontrar dicho haiku. Leo lo que escribí y me siento ajena. No recuerdo nada. A veces desearía haber escrito diarios de pequeña, pero nunca lo hice. Me gustaría poder leer ahora lo que se me pasaba por la cabeza cuando aún estaba libre de creencias y de tener que pagar un alquiler. Desearía poder conocerme. A día de hoy, sigo pensando en que me gustaría llevar un diario, y sigo sin hacerlo.
Cuatro años más tarde, al acabar segundo de carrera, me abrí un blog. Con la misma intensidad y sin esforzarme mucho, le puse el mismo nombre que el anterior pero en castellano: todoslosdestinosnospertenecen.wordpress.com
Esta vez quería subir textos creativos que yo misma escribía. Aún recuerdo que mi amiga y entonces compañera de piso se sorprendió cuando le dije que este texto lo había escrito yo. Ella se pensaba que lo había sacado de algún libro. (Podría haber sido el caso, vistos mis antecedentes con las frases de películas, pero no lo era.)
Cogió el libro tanto tiempo olvidado y sopló con delicadeza. El polvo, muestra del tiempo que había perdido, se deslizó suavemente quedando suspendido en el aire. Sostuvo el libro sintiendo el peso de las palabras y lo abrió. Abrió la puerta al placer. Salieron entonces las palabras que nadie había dicho antes. Salieron a la luz los secretos mejor guardados. Abrió de par en par un mundo de deseo, miradas y verdades. Y mentiras. Historias reales y tangibles sin horizontes ni fronteras. Y más libros. Y más polvo. Más palabras que le acariciaban los oídos como nada ni nadie había hecho antes. Palabras suaves y ardientes, impulsivas y confiadas. Desató una pasión desbocada por los susurros cercanos, por las caricias sinceras.
Caricias que no le pertenecían.
Caricias robadas sobre un lecho de libros.
En 2020, en medio de la pandemia y de una crisis existencial, decidí abrirme otro blog. Esta vez iba a ir enserio: dejuatu.wordpress.com. Subí unos cuantos textos, pero los blogs ya no eran lo mismo. Todos estos blogs murieron como muere mi disciplina en todo lo que empiezo.
Las newsletters estaban en auge, y aquí llegué. Parecía una buena idea. Empecé con ganas, luego lo dejé, volví a ratos, y aquí estoy, ahora con ganas otra vez (aunque haya estado dos semanas sin escribir, pero es que *la vida*).
Siendo sincera, yo no venía a hablar de esto, no sé en qué momento he acabado construyendo un portfolio de mis proyectos fracasados de escritura, pero aquí me ha traído el flujo de pensamientos.
Yo venía a hablar de la nostalgia. De esos momentos de felicidad que recuerdo cuando las páginas de internet tardaban en cargarse. Cuando la conexión a internet estaba limitada a un dispositivo en una esquina de la casa. Quería hablar de sentir que el tiempo pasaba rápido pero a la vez se alargaba infinitamente. De jugar a los sims sin parar. De morirte de ganas de conectarte al messenger y de tener que pedir permiso para ello.
Pero esto es lo que ha salido, qué le vamos a hacer.
¿Sigues ahí?
zumbido
Dale al like, venga
zumbido
No me ignoreeeess
zumbido
zumbido
zumbido
—Diosito de internet, escucha nuestras plegarias, danos una oportunidad más. Deja que en el metroflog volvamos a zambullirnos, déjanos conectarnos ni que sea un ratito. Por favor te lo pedimos—.
ojalá
ojalá
ojalá
Gate D09
most of the time, words move chaotically and frenetically in my head. that’s why sometimes i want to speak them out loud, but i don’t know what to say. i am unable to say anything. when i write, i have the time to bring order, to create a choreography out of them. to make them dance, step by step, in a coordinated sequence of movements that actually make sense. following the steps. following the rhythm.
you tell me that when you read my essays, you learn things about me that you didn’t know before. you want me to talk to you more, you want to know me better. you ask me why i don’t tell you these things. i answer: because i can’t. because i didn’t even know them myself until now.
that sentence didn’t exist in my brain, so it couldn’t travel to my lips. it only comes to life on a blank page. it only comes to life when i dance with it. when i grab it like a thread and start pulling. when i write it.
i am writing this in the notes app on my phone at 6:14 am while you get ready and i’m still in bed. the words started dancing in my head while i was half asleep, and i couldn’t let them go. i had to catch them. don’t tell me i should have said this out loud, because i couldn’t have.
i might not remember what i wrote when i wake up. so let’s be grateful these words exist now; they could have easily vanished.
Cómo lo has hecho?? Cómo has conseguido expresar con palabras exactamente lo que siento cuando escribo?? Has elegido las palabras perfectas. Voy a releerlo por decimoctava vez :)
¡Qué delicia de entrada! Me has hecho volver a recordar a mis propios proyectos de escritura abandonados y, muchos de ellos, olvidados y quizá ya eliminados de internet. Ojalá haber tenido un diario de pensamientos de escritos. Sobre el tema del diario, creo que nunca es tarde. ¿Empezamos uno? 😊